La UNRC tuvo su primer acto de colación encabezado por una rectora
Tras la actuación del coro universitario, dirigido por Cintia Granado, y la entonación de las estrofas del himno nacional argentino, hizo uso de la palabra el licenciado en Economía Matías Ozan, para luego dar lugar a la toma de juramento profesional, que estuvo a cargo de Rovera.
Luego de la entrega de diplomas, la rectora encabezó su primer discurso en ese tipo de actos, en el que señaló que tal ceremonia significa para los graduados “un momento de inflexión en la vida (…) una transición efímera entre ser estudiante y ser profesional”.
En ese marco, consideró conveniente preguntarse: “¿Qué significa la Universidad socialmente?”, para aseverar seguidamente que “representa un espacio que permite generar y discutir ideas, es impulsora de un pensamiento diverso, plural y propio, y está alejada del pensamiento único, respetando y reconociendo las minorías; caracterizada por la diversidad y custodiando siempre la conducta ética, transparente, solidaria y democrática”.
Más adelante, Rovera afirmó que “la responsabilidad primaria de la Universidad es ofrecer una formación integral de calidad; este concepto implica sostener y actualizar los conocimientos disciplinares en los procesos formativos, pero además contribuir a la construcción de una ciudadanía con conocimientos sólidos sobre la responsabilidad social de las ciencias. Esa construcción debe transcurrir en un marco abierto y plural, que conjugue dos aspectos no excluyentes: la excelencia académica y la formación de profesionales íntegros, capaces de tomar decisiones, sobre la base de sus propias convicciones”.
“Un bien público y social”
En la ceremonia matutina, Rovera evocó que “hace ya un tiempo, las universidades de América Latina y el Caribe acordaron que la educación superior es un bien público y social, un derecho humano universal y una responsabilidad del Estado”.
“Sobre la base de estos principios, debemos entender y defender la educación como un proceso continuo”, consideró.
Manifestó que “la posibilidad de acceso, permanencia y graduación no debe ir en detrimento de la pertinencia y calidad académica; este concepto de garantizar la inclusión tiene que ver con las responsabilidades del sistema educativo, que permitan un progreso social colectivo, pero siempre asociado al esfuerzo y el compromiso”.
Y dijo que “en un mundo que está en permanente transformación, en el que el conocimiento, la ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental, la universidad pública representa un elemento clave para el avance de la humanidad, el crecimiento cultural, el desarrollo socio-productivo, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra la pobreza y la paz social. Nuestro compromiso es y será colaborar y acompañar toda política pública que esté dirigida a la búsqueda de soluciones frente a diferentes necesidades sociales, siendo proactivos y protagonistas del desarrollo nacional y regional a través de impartir y transferir los conocimientos académicos, científicos y tecnológicos para la concreción de esas metas”.
En un contexto de sostenidos avances tecnológicos, consideró que “los profesionales de hoy deben ser capaces de adecuarse y reinventarse frente a nuevos paradigmas; lograrlo forma parte de los desafíos constantes de las instituciones educativas. Deberán afrontar cambios que hacen necesarias soluciones innovadoras que respeten valores universales como la paz, la dignidad humana, la igualdad de género, la no violencia y la no discriminación”.
La rectora aseguró a los graduados que la UNRC seguirá ligada a ellos, por ejemplo mediante “capacitaciones específicas y formación permanente; así como también brindándoles el respaldo institucional frente a cualquier emprendimiento que decidan afrontar. Tengan presente además que el verdadero reto de la Universidad con sus egresados es generar espacios de los que surjan gestiones y acciones conjuntas”.
En su alocución, la doctora Rovera indicó que, si bien se le entrega a una persona, el diploma es fruto de esfuerzos colectivos que incluyen el apoyo de familias y amigos, como también “la sociedad que sustenta la Universidad pública, inclusiva y gratuita, que les ha permitido alcanzar un título profesional”.
“Los profesionales de hoy deben ser capaces de adecuarse y reinventarse frente a nuevos paradigmas; lograrlo forma parte de los desafíos constantes de las instituciones educativas”, dijo la rectora Rovera.
“El título universitario es, sin lugar a dudas, una herramienta de gran valor, para ser artífices de una sociedad más justa e igualitaria; comprométanse con el presente y el futuro, debemos aunar esfuerzos por el bien común, para una mayor calidad de vida y bienestar social”, planteó la rectora.
En otro tramo, Rovera se refirió al 25 de mayo de 1810 y exhortó: “Honremos aquel legado de los hombres y las mujeres de mayo que lucharon por un ideal común en los que no caben las diferencias, las discrepancias de sectores, las clases sociales, las religiones. La Nación es el bien común del pasado, el presente y el futuro de nuestra Patria”.
Bianconi dio su discurso a la tarde
La ceremonia vespertina también fue presidida por Rovera, acompañada por la vicerrectora Bianconi; el secretario Académico Pizzi; la decana de la Facultad de Ciencias Exactas Marcela Daniele; y por el decano de la Facultad de Ciencias Humanas Fabio Dandrea. En este caso, el discurso a cargo de la autoridad universitaria estuvo a cargo de la vicerrectora Nora Bianconi, quien dijo a los graduados que “el título logrado es una herramienta para insertarse en la comunidad y asumir con absoluto compromiso el rol profesional. Porque de nada vale este logro académico si no se le incorporan la formación integral como persona, el compromiso social y ético para con los demás; y, en estos tiempos, la flexibilidad, la capacidad de adaptación a la realidad y la actualización permanente”.
Fuente: Puntal.com.ar