Los héroes “de trapo” de Malvinas necesitan una cobertura médica eficaz
Pasaron más de cuarenta años de la Guerra de y por Malvinas y las mentiras y ocultamientos prosiguen en torno a ella, en este caso sobre la Post Guerra.
Las distintas autoridades del gobierno nacional que estuvieron durante todos estos largos años no hicieron otra cosa que aparentar una preocupación por los Veteranos de Guerra. Se dictaron leyes, decretos, resoluciones y cuanto papel teñido de legalidad exista, pero si no hay resultados prácticos es letra muerta.
La cobertura medico asistencial que se brindó a los Ex Soldados Veteranos de la Guerra de y por Malvinas no estuvo al alcance de ellos finalizada la guerra, fueron abandonados. Un trabajo de años reclamando, peticionando, proponiendo, y por sobre todo movilizándose les permitió una atención sanitaria algo escasa.
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Pese a ello, todavía deben estar reclamando por su buen funcionamiento, quedando “los héroes” (como la sociedad y los políticos les dicen) a la buena de Dios.
Los veteranos de guerra debían recurrir a los hospitales públicos o al sistema de Obras Sociales que por su empleo le correspondía (si es que contaban con uno). En cualquiera de esos casos, no existían profesionales que supieran de todas las dolencias por las cuales les consultaban.
Muchas de ellas, si bien son comunes a toda la población, fueron adquiridas en la guerra y eso las diferencia; otras en cambio solo son vistas en ámbitos muy específicos, por ejemplo, las secuelas por lesiones neurovasculares ocurridas por congelamiento (pie de trinchera), o las que aparecieron producto del alto grado de estrés que ocasiona la situación de combate, lo que hizo también, que a estas ultimas se las diagnosticara erróneamente.
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Tanto los hospitales públicos como los militares tampoco contaban con equipos interdisciplinarios especializados en las necesidades de atención médica en general y psiquiátrica en particular.
Durante años el estado nacional ignoró las secuelas de guerra, imposibilitando un tratamiento apropiado, generando consecuencias de proporciones casi catastróficas en cuanto a la cantidad de veteranos de guerra fallecidos por falta de tratamiento y atención médica adecuada.
Recién en febrero de 2005 se dispuso un sistema de cobertura diferencial dentro del PAMI, para el universo de los veteranos de guerra y sus familias.
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Lamentablemente han pasado muchos años desde entonces y se continúa con una mala atención en general, y pese a ese largo tiempo el sistema resuelto en crear, no tuvo ni tiene alcance real a todo el país, y como en el resto de las prestaciones del PAMI hacia el resto de sus afiliados, suele cortarse.
A 41 años de aquella guerra de otoño, el servicio de salud para los Ex Soldados Veteranos de Guerra sigue sin ser, no digo excelente, sino optimo a nivel nacional. Otro “triunfo” de la clase política vernácula en hacer poco accesible y práctico lo que sencillamente podría serlo.
El servicio puede y debe recibir mejoras, el asunto pasa por las voluntades de los funcionarios públicos y hasta posiblemente por las de algunas de las dirigencias del sector, si dejaran la ideología de lado.
Se suceden las gestiones en el PAMI con funcionarios llenos de expresiones de deseos, pasan las ideologías, pero las problemáticas siguen ahí, como si todos ellos se formaran en una misma escuela de excusas, eufemismos y falsa empatía.
En definitiva, todos esos funcionarios del PAMI terminan colgando el problema en otros cuando son ellos los que perjudican, todos reviven a Pilatos, son expertos, todos están de un lado u otro del mostrador según convenga, pero nunca aplicando la justicia y la honradez para los beneficiarios.
Solo tienen movimientos espasmódicos, producto de alguna movilización de los Veteranos de Guerra o de que algún hecho tuviera notoriedad mediática, para mostrar un estado de situación aparente o una solución para ese instante, después todo se queda como estaba.
Por otro lado, la atención médica especifica en salud mental para los veteranos de guerra también llegó muy tarde, recién tuvo su puntapié inicial para el año 2004, cuando se implementó del Centro de Salud Mental del Ejército Argentino Malvinas Argentinas. De hecho, en lo que hace a este tema en los Veteranos de Guerra, la Argentina se destaca por ser el único país en el mundo que logró hacer crónica una patología que no lo era.
En consecuencia, no debería ningún dirigente político, del partido que sea, o funcionario público del estamento que fuere (civil o militar), venir a decir que los veteranos de guerra siempre fuimos atendidos; los hechos no solo demuestran lo contrario, sino que dejan ver el nivel de cinismo y/o estupidez que han alcanzado cuando esgrimen comentarios por el estilo, habiendo tardado tantos años en hacer algo, que encima porfían en mantenerlo mal.
Los Veteranos de Guerra de Malvinas no deben ser una marioneta de trapo que cada 2 de abril se desempolva para lavar las culpas de una clase política decadente, son argentinos que esperan un sistema de salud digno y a la altura de todas sus secuelas de combate.
*Ex soldado Veterano de Guerra, autor de “Las dos heridas de Malvinas: la que provocó la guerra y la que la indiferencia social dejo (La post guerra de Malvinas 1982/2020).
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Fuente: Perfil