El escándalo en Odontología: los detalles de la estafa a los estudiantes

La Facultad de Odontología todavía siente el duro golpe recibido a su integridad y formación. Gracias a la denuncia de varios alumnos se pudo descubrir una trama de corrupción que alcanzó hasta la, por entonces, decana. 

El Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba condenó a ocho años de prisión al profesor Olmedo por el delito de extorsión. ​Además, se le impuso una inhabilitación especial de 10 años debido a su abuso de poder de su cargo público. 

Era una norma. Para aprobar Microbiología con el profesor Olmedo había que pasar por la academia Apoyo Odontológico Córdoba (AOC).

También, fueron condenados otros tres cómplices: Adrián Oscar Casalis (57) y Augusto Massimino (43), ambos a cinco años de prisión. La frutilla del postre fue Mirta Mónica Spadiliero de Lutri (71), ex decana de la Facultad, condenada por incumplimiento de los deberes de funcionario público a un año y 10 meses de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.

profesor Olmedo facultad de odontología

Primero pague, después apruebe

Siempre hay materias mas complicadas que otras en el Universidad. Algunas las denominan “filtro” o “cuco”. Se suele dar en los primeros años, donde también priman los nervios de los nuevos estudiantes. Muchos pensaron que eso era lo que pasaba con una materia de segundo año de Odontología en la Universidad de Nacional de Córdoba. 

El inicio de la investigación, a cargo del fiscal federal Maximiliano Hairabedián, se inició en 2020. Un día, antes de la pandemia, llegó una persona a la fiscalía consultando si había algún tipo de denuncia o investigación en torno a este tema. Automáticament se inició una actuación de oficio. Los contratiempos ocasionado por el covid no impidieron descubrir lo que era un secreto a voces en la Facultad de Odontología: para aprobar Microbiología, “sí y sólo sí” había que pagar la cuota en una academia privada que entregaba las respuestas tal cual como eran solicitadas en el examen final por el profesor Olmedo.

El valor de la cuota era en pesos, pero convertido a dólares, siempre osciló entre los US$ 600 y 1.000. El mecanismo persistió por más de 25 años con lo que se calcula que Olmedo y sus secuaces hicieron una fortuna.

Era una norma. Para aprobar Microbiología con el profesor Olmedo había que pasar por la academia Apoyo Odontológico Córdoba (AOC). “Nos enterábamos por los alumnos de los cursos superiores y estaba como sobreentendido que si no ibas a la academia, no ibas a aprobar”, dijo uno de los testigos que habló con Clarín.

El valor de la cuota era en pesos, pero convertido a dólares, siempre osciló entre los US$ 600 y 1.000. El mecanismo persistió por más de 25 años con lo que se calcula que Olmedo y sus secuaces hicieron una fortuna.

También se sabía que Olmedo tenía una lista con los nombres de lo que tenía que aprobar. Y como si se tratara de un patovica en la entrada de una disco, si el nombre y apellido no estaba en la lista, no pasaba. El alumno no aprobaba.

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Hairabedián aclaró que la maniobra no era directa ya que Olmedo nunca le sugería a los alumnos a que concurrieran a la academia que manejaban sus cómplices. El tema es que era vox populi en la casa de estudios que había que pasar por esa situación si se quería aprobar la materia y seguir en la carrera.

Así, habría ideado un sistema extorsivo por el cual los alumnos de su cátedra se veían obligados a hacer entregas de dinero a Casalis primero, y a Massimino después, para aprobar los exámenes de la materia, exigencia que era cubierta por la fachada de un curso.

Abonado el supuesto curso, se le entregaba a los alumnos un “apunte” tomando recaudos para evitar que fuera compartido con otros compañeros que no concurrían a la academia: imprimía el material en hojas oscuras para que no pudiera ser fotocopiado, se numeraba cada copia para identificar a qué alumno pertenecía cada ejemplar, e incluso amenazaba a sus alumnos con que podrían enviar personas a golpearlos o no aprobar nunca más Microbiología.

Todos aprobados

Al docente Alejandro Zanotti le tocaba tomar exámenes junto a Olmedo. Su testimonio fue clave en el juicio ya que sostuvo que era notorio lo que estaba pasando.

Según detalla La Voz, en una oportunidad Zanotti detectó que para un turno de exámenes se había inscripto una elevada cantidad de alumnos libres. Y aseguró que le solicitó a Olmedo que cambie el horario del examen final porque él quería estar presente y no podía. Sin embargo, cuando llegó en el horario acordado, se dio con que el titular había aprobado a todos los alumnos que se anotaron para rendir.

El docente atestiguó que como se negó a firmar el acta de examen recibió un “llamado de atención” por no cumplir el horario del examen.

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Fuente: Perfil

Redacción