“Me quería morir para acabar con el sufrimiento”

Mariano M. aún recuerda el agobio que sentía cuando a la noche se acostaba en su cama y sólo tenía una oscura sensación: “Ganas de morir”. Mariano M. es un adicto a las apuestas que, actualmente, está en recuperación, que se anima a contar su pesadilla para alertar sobre el peligro de estos juegos que hoy proliferan y son promocionados día y noche en TV y redes sociales por periodistas y/o influencers.

“Vengo de una infancia muy linda, de una familia donde todo funcionaba normal, no pasaba nada raro. Toda la vida me gustaron los números. De chico puse un comercio, me empezó a ir muy bien y a manejar plata. Comenzó a atraerme todo tipo de apuestas y ahí entré en un camino donde siempre decía que lo podía manejar –suspira profundo y largo–, cada vez las apuestas se hacían más grandes, cada vez le dedicaba más tiempo y me iba profesionalizando en las mentiras para seguir jugando. Llegué a perder las ganas de vivir, porque esta enfermedad te quita todo, no ves lo que tenés alrededor y lo único que querés es apostar. Jugué durante 25 años”, le comienza a narrar a PERFIL CÓRDOBA este riocuartense de 44 años que pide que no publiquemos su apellido ni su imagen, por respeto a su familia y a sus hermanos de Jugadores Anónimos.

Esta es su historia personal, él pide que se aclare eso: cada persona tiene su propio proceso. En el diálogo se nota que desea contar, pero que no es fácil tomar coraje. Mariano M. relata: “Tuve cinco embarazos perdidos con mi mujer y cada vez que me salía algo mal iba para el juego, pero esa era una excusa, porque cuando me salía algo bien, también me iba al juego. No puedo decir porqué jugué, quizás porque me gustaba. De a poco le vas perdiendo sentido a la vida, te lleva por dentro todo”. Y sigue: “El 90 por ciento de la que jugué fue con plata que yo me generaba solo para jugar. Me iba bien, pero después, cuando cayó un poco, quería jugar más tiempo. La enfermedad es progresiva. Llegué a robarle dinero a mi mujer. Justo llegó ‘Jugadores anónimos’, porque no tengo dudas que el camino que seguía era robarle a alguien más. Así es la historia de esta enfermedad, no me excuso de lo que hice, pero esta enfermedad no te deja ver. Podés hacer cualquier tipo de locura”.

Él dice que paró a tiempo, pero que fue un proceso. “Me cuidaba mi mujer, mi propia ciudad me cuidaba, no podía ir al casino, porque ya no había mentira que aguante. Entonces, el juego online fue fantástico porque tenía el casino las 24 horas en mi casa. Hacía un desastre en un ratito. Llegué a estar manejando en el auto y apostar al mismo tiempo o encerrarme toda una noche en el baño, mintiendo que estaba descompuesto, pero estaba apostando”, se lamenta.

Entonces, Mariano M. toma fuerza, suspira, y admite: “Yo digo que no me quería matar, pero muchas veces soñé con el hecho de la muerte. Me quería morir. Para mí morir era acabar un poco con ese sufrimiento”. Y entonces confiesa: “Muchas veces volvía del casino, manejando en la ruta y pensaba en tirarme debajo de un camión. Gracias a Dios que no lo hice, hubiese reventado a toda mi familia. Pero es muy difícil la cabeza del jugador, porque se piensa en la salida rápida para dejar de sufrir”.

“Sólo por hoy”. La ludopatía es un trastorno psicológico reconocido por la Organización Mundial de la Salud. “Esta es una enfermedad que no tiene cura. Nosotros funcionamos por 24 horas, ‘Sólo por hoy’, así funciona el Programa Jugadores Anónimos. En mi caso probé con instituciones privadas, con psicólogos, con psiquiatras, pero lo que me sirvió fue escuchar a otra persona que le había pasado lo mismo que a mí. Funcionó como espejo”, cuenta.

Una encuesta reciente realizada por Playtech tomó datos de más de 2.500 jugadores de Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Chile, y señaló que el 84 por ciento de los argentinos que participan de las plataformas de apuestas online nunca recibió una advertencia sobre su comportamiento y los posibles riesgos de generar una adicción.

Mariano M. comprendió que estaba enfermo, que no estaba solo. Todavía recuerda esos días oscuros con cierta angustia. Pero hoy su vida tiene color. Al comienzo de la charla su voz era pausada, como con temor, pero con el correr de los minutos se soltó. Y terminó con otro semblante, porque esta historia está transitando un capítulo de sonrisas. “Gracias a Dios no perdí a mi familia. Hace un año y 10 meses, justo esta semana, entré a Jugadores Anónimos. Me volvieron las ganas de vivir. Y hace cuatro meses que mi vida cambió radicalmente, sólo por hoy, porque tengo un bebé de cuatro meses… me salvaron la vida”,
dice emocionado y con la voz quebrada.

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LUDOPATÍA. Esta adicción es una enfermedad que puede controlarse con un tratamiento especial. Crece la preocupación por las apuestas online.

LOS RIESGOS QUE NADIE DICE
En Argentina, según un informe de la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, siete de cada 100 personas son ludópatas y otros tantos son apostadores compulsivos en recuperación. “En Córdoba tenemos dos grupos abiertos de Jugadores Anónimos, que somos unos 50 hermanos en recuperación”, explicó Mariano, y dijo: “El programa es claro, ‘el juego nos lleva a la cárcel, a la locura o a la muerte, siempre y cuando no estemos en recuperación’. Puedo dar fe de eso, de muchas personas conocidas o de hermanos que tuvieron recaídas. Las personas adictas perdemos el sano juicio hasta que entramos en recuperación”, contó Mariano M., quien se lamentó que el esponsor oficial de la camiseta de River, equipo del cual es hincha, sea Codere –apuestas online–. Y advirtió: “Ese tipo de apuestas se están viniendo con todo, esa problemática ya está en cualquier pueblito del país”.
 

  • JUGADORES ANÓNIMOS
  • La asociación funciona en Argentina desde 1985, actualmente tiene presencia en casi todo el país.
  • El próximo fin de semana se realizará el encuentro anual en la ciudad de Villa Carlos Paz.
  • Para más información se puede consultar jugadoresanonimos.org.ar

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Fuente: Perfil

Redacción