Larreta y Bullrich ya van por los ‘heridos’ de JxC

“Ahora hay que enchufarse y mirar para adelante”. Habían pasado pocos minutos desde que había trascendido que Néstor Grindetti era el elegido por Patricia Bullrich como precandidato a gobernador y el intendente de Lanús tomó su teléfono celular, que tenía decenas de mensajes sin leer, y se percató que uno era de Mauricio Macri, desde Europa. El expresidente fue uno de los que más festejaron la elección y de los más beneficiados también: Grindetti es uno de los dirigentes más cercanos, desde sus años en Socma cuando ambos eran muy jóvenes, y fue el ministro que le cuidó las finanzas porteñas los ocho años como jefe de Gobierno.

Con todo, la elección dejó un herido de peso para la precandidata presidencial que se inscribe el 24 de junio: el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, quien decidió tomarse unos días para decidir cómo seguirá su futuro político tras haber apostado todo a un armado con ella. En el medio recibió el llamado de Horacio Rodríguez Larreta.

Mientras tanto, Grindetti intenta contenerlo: está dispuesto a ofrecerle un abanico de posibilidades tanto a nivel bonaerense como nacional. Probablemente de esto puedan hablar el intendente y ahora precandidato a gobernador con la propia Bullrich en las dos primeras actividades que se planean para esta semana: un plenario de dirigentes en Lanús y una actividad en la Tercera Sección Electoral –el sur del Conurbano– vinculada a la lucha contra la inseguridad.

Además de eso, pragmático y conciliador como toda su vida política, el precandidato bullrichista a gobernador va a visitar Capitán Sarmiento para fotografiarse con Javier Iguacel y lo propio hará en San Miguel con Joaquín de la Torre, dos de los que quedaron marginados. No será una tarea sencilla: el jueves por la tarde, cuando Bullrich encaró las reuniones para informar su decisión, la idea original era que haya una foto de unidad. De la Torre se sacó una foto no viralizada con la precandidata, Grindetti y Sebastián García de Luca, armador bullrichista bonaerense. No hubo foto de los tres.

Pero el tema pasa por estas horas por Ritondo, quien por lo bajo argumenta que estaba todo prácticamente cerrado y, sobre el final, hubo un cambio de idea. La precandidata presidencial lo niega: asegura que le pidió 15 días para decidir la última vez que se encontraron junto a María Eugenia Vidal en un bar palermitano.  Pero al otro día Vidal se sacó una selfie en casa de Larreta, un insulto político para Bullrich. Tampoco le gustó que se haya agitado en los medios que estaba cerrado un acuerdo.

“No fueron claros conmigo”, se lo escuchó decir al exministro de Seguridad bonaerense. “Entiendo que tu posición política hoy te abre la posibilidad de tener ofertas. Pensalo, sé que esto es muy reciente, pero nosotros siempre trabajamos juntos”, le dijo Larreta por teléfono el jueves. Al otro día habló con su amigo Grindetti, quien no quiere perderlo.

Y ayer Ritondo desayunó con Diego Santilli en Selquet. El Colorado venía de llamar al intendente de Lanús para evitar “golpes bajos” en la campaña y se cruzaron amablemente por la mañana en radio Mitre. Con ese espíritu, en el desayuno los dos peronistas del PRO hablaron como amigos. El Colorado quiere que vuelvan a jugar juntos. Y que se sume a la campaña del jefe comunal, claro. Pasado el mediodía el jefe del bloque del PRO se fue a almorzar con sus amigos de la infancia, un ritual quincenal que no pierde por nada del mundo.

Las ofertas son múltiples de ambos lados: desde senador nacional por la Provincia para ser presidente provisional del Senado pasando por jefe de campaña. A Ritondo lo preocupa también su armado: casi cien precandidatos a intendentes, legisladores y dirigentes que quedarán huérfanos. La tardanza de Vidal en tomar una decisión también dilató un acuerdo con Bullrich, que podría haberse no concretado igualmente.

El jueves pasado, con toda la bronca encima, Ritondo recibió un mensaje de Macri. “Cuento con tu generosidad”, le escribió el expresidente. El exministro de Seguridad bonaerense siquiera le respondió.

Su caso no es el único. Tanto Larreta como Bullrich vienen recolectando “heridos”. Un caso es el de Miguel Pichetto, quien intentó sin suerte ser vice de la precandidata presidencial y ahora busca refugio del otro lado, vía Santilli.

El precandidato presidencial liberal José Luis Espert también sintió el malestar bullrichista pero sobre todo el de Macri. “No me gusta lo que está haciendo”, le expresó el expresidente a sus interlocutores. Sin embargo guardan un buen vínculo con el jefe de Gobierno, a quien llevó en su boleta presidencial en 2019.

Otro caso es el de los intendentes que se fueron alejando del larretismo: los hermanos Passaglia de San Nicolás, Héctor Gay de Bahía Blanca y el desplazamiento de varios caciques municipales para armar la “V” y llevar a los dos en su boleta. Un caso emblemático: Julio Garro, de La Plata. En Vicente López, Soledad Martínez podría hacer lo mismo.

Otro ejemplo es el de Ricardo López Murphy, quien por estos días despotrica contra Larreta y el Gobierno porteño. El Bulldog asegura que su distancia del jefe comunal nunca tuvo que ver con los fondos de campaña y que su acuerdo con Bullrich se basa en una histórica relación personal. Lo ratificaría en sede judicial, de ser necesario.

El tema se colará el 4 de junio en la interna del partido Republicanos Unidos, por el que entró como diputado. Allí competirá por la precandidatura a jefe de Gobierno con Roberto García Moritán, más cercano a Larreta, pero también con línea directa con Macri. Ha tenido otros ofrecimientos para estar en boletas nacionales pero aguardará a ver qué ocurre en la interna de RU.

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Fuente: Perfil

Redacción