El camino rural Moldes-Washington y un problema constante cada vez que llueve
Respecto de este escenario, Puntal consultó al titular del Consorcio Caminero de Moldes, Omar Leone, quien confirmó que actualmente ya se puede circular normalmente aunque admitió que “cuando llueve esa cantidad de milímetros corre muchísima agua y es imposible evitar estas situaciones”.
En este sentido, detalló que por este camino “desemboca el agua que viene de la zona de Chaján en la que hace unos días llovió bastante. Por las pendientes que tienen los terrenos viene toda esa agua a Moldes y termina en el arroyo El Ají”. Asimismo indicó que “lo bueno es que desagota rápido y en dos días ya está solucionado”.
Al mismo tiempo, Leone manifestó que se hace mantenimiento constante de este tramo así como de los que abarca la jurisdicción que tiene a su cargo unos 250 kilómetros. “Con la colaboración que tenemos de los productores que nos aportan gasoil, el Consorcio va trabajando, si bien Vialidad aporta los recursos siempre son escasos porque se hacen una vez al año y con el tema de la inflación que tenemos queda todo desactualizado”, dijo.
Cambios en la actividad
productiva
El presidente del Consorcio Caminero de Moldes manifestó que los caminos rurales como el que lleva a Washington ha visto recrudecida la problemática del tránsito con las lluvias, dado que los cambios en los sistemas de producción de la región han generado un impacto en los suelos, que lleva como resultado un excedente hídrico que desemboca los trazados.
“La forma de producir de la zona cambió muchísimo en los últimos años. En 2001, por ejemplo, se vacunaba con el Plan de Fiebre Aftosa a 160 mil animales y hoy estamos vacunando 50. O sea que una zona que era ganadera y tambera por excelencia pasó a ser agrícola. A su vez, los regímenes de lluvias aumentaron y la siembra directa hace que el agua en el campo permanezca más tiempo en el suelo; entonces las necesidades de agua son menores y eso que sobra va a la calle y corre”, puntualizó Leone.
Asimismo agregó: “Antes para la ganadería había un 40% de superficie sembrada con alfalfa, que es el alimento por excelencia de la hacienda. Una alfalfa necesita mil milímetros para producir bien por año, nosotros tenemos promedio de 600 a 800, y lo que no llegaba lo tomaba de la napa. Hoy esa pastura no existe más, es todo soja y maíz, y con 500 milímetros de agua tiene suficiente. Por otra parte, no tenemos molinos que sacan agua para los animales, entonces las napas se van saturando y hacen que el suelo cada vez absorba menos agua y la que sobra va al camino”.
Obras difíciles de materializar
El referente del Consorcio reconoció que para mejorar la situación en este trayecto rural se pueden realizar obras para compensar los desniveles del terreno y evitar inundaciones, sin embargo indicó que es muy difícil y oneroso concretar estos trabajos.
“Se trata de tareas que son faraónicas porque la línea de pendiente de la sierra- estamos hablando desde Achiras hacia acá- es impresionante. Hasta Moldes hay unos 120 metros de desnivel más o menos. Tenemos unos 70 kilómetros entre un punto y otro por lo que el agua agarra una velocidad muy importante. Por eso hay que hacer obras desde arriba de la cuenca hacia abajo, con los desniveles para ir protegiendo desde lo alto a lo bajo. Pienso que son cosas que algún día se van a hacer pero tienen que ser trabajos muy bien hechos porque si no empeoran la situación”, subrayó.
A propósito, afirmó que la Provincia ya tiene en carpeta la conformación de un Consorcio Canalero para encabezar estos proyectos, no obstante advirtió que las obras “tienen que tener mucho acuerdo entre las partes, es decir la misma forma de ver y pensar las cosas, que creo que es lo más difícil”. “Hay que tener en cuenta que cada productor debería hacerse cargo de lo que le toca hacer dentro de su establecimiento. Hoy tenés entre 60 y 70% de campos que están alquilados, por ende el dueño no es el que produce, y así hay que ver de quién sería la responsabilidad de costear la obra. Es complicado”, insistió.
Fuente: Puntal.com.ar