El padre que da la mano a su hija muerta y un bebé nacido en los escombros: desgracia y esperanza tras el terremoto
Las autoridades informaron este martes que el número de muertos por los terremotos centrados en Turquía y Siria superó los siete mil, mientras que organismos internacionales estimaron que podrían resultar en más de 20 mil personas fallecidas. En ese contexto, se conocieron los casos del milagro de una beba recién nacida y la tragedia de un padre sosteniendo la mano de su hija, que murió aplastada por los escombros.
El devastador terremoto de 7,8 en la escala de Richter sacudió el sureste turco y el norte sirio, una de las zonas sísmicas con más actividad del mundo. El panorama que ha dejado el sismo, que sigue registrando réplicas, es desolador, con más de siete mil muertos y 20 mil heridos confirmados hasta el momento entre los dos países.
Terremoto en Turquía y Siria: estiman 20 mil muertos y “cientos de miles de réplicas”
En la ciudad de Jindires, al noroeste de Siria, se vivió un milagro cuando una bebé recién nacida, aún unida a su madre por el cordón umbilical, fue rescatada entre las ruinas de un edificio de cuatro plantas que se derrumbó. Los socorristas comunicaron que la pequeña es la única integrante de su familia que sobrevivió, ya que “su padre, Abdalá Mleihan, su madre, Aafra, sus tres hermanas, su hermano y su tía” fueron hallados sin vida.
“Buscábamos a la familia. Primero encontramos a su hermana, luego a su mujer, luego a Abu Rudayna (apodo de Abdalá), estaban juntos los unos contra los otros“, precisó un allegado a las víctimas en diálogo con la agencia AFP. “Luego oímos un ruido y escarbamos, limpiamos el lugar y encontramos a esta pequeña, alabado sea Dios“, agregó el hombre, totalmente conmocionado.
En esta localidad, muy cercana a la frontera turca, se derrumbaron cerca de cincuenta viviendas. Por otro lado, los gobiernos de ambos países subrayaron que las condiciones meteorológicas dificultaban la llegada de ayuda a los lugares afectados y la realización de rescates.
Por otro lado, en Turquía se conoció la historia de Mesut Hancer y su hija de 15 años, Irmak, fallecida luego de un derrumbe. En una de las imágenes más dolorosas que ha dejado esta tragedia, el padre fue captado por el fotógrafo de AFP, Adem Altan, sujetando la mano de su hija, que yacía acostada en un colchón atrapada entre los escombros.
El hecho fue captado en la ciudad de Kahramanmaras, cerca del epicentro del terremoto. El hombre, con una chaqueta de color naranja brillante, fue visto agachado sobre una pila de escombros y, el cuerpo de su hija, debajo de un enorme bloque de concreto. Solo podía verse, a través de un pequeño espacio, su mano y una parte de su rostro.
Los equipos de rescate continuaron trabajando y a solo unos metros de distancia, otro hombre con una maza trató de abrirse camino entre los pedazos de inmuebles destruidos en busca de sobrevivientes que aún pudieran estar atrapados en el edificio demolido.
Los terremotos afectaron a docenas de pueblos y ciudades en un área que se extiende en un radio de más de 320 kilómetros. Las escenas son una pequeña muestra de la agonía causada por el fenómeno, que azotó la zona sorprendiendo a todos durante la madrugada.
Mientras tanto, decenas de miles de personas se han quedado sin hogar y durmiendo en sus automóviles o buscando alojamiento temporal luego del desastre. Incluso aquellos cuyas casas no fueron destruidas enfrentan un futuro incierto, con estructuras potencialmente inestables.
Qué se sabe sobre los niños afectados
Tras su rescate, la bebé recién nacida en Siria fue llevada a un centro asistencial en la ciudad de Afrin, donde fue puesta en una incubadora y se le administró vitaminas y minerales. “Llegó con los miembros entumecidos por el frío, su tensión había bajado. Le hicimos los primeros auxilios y la pusimos bajo perfusión porque había estado demasiado tiempo sin ser alimentada“, dejó trascender uno de los médicos que la atendió.
Por otro lado, trascendió que su estado de salud es “estable” a pesar de las contusiones que sufrió. Además dijeron que pesaba unos 3.175 kilogramos y que “probablemente nació siete horas después del sismo”.
Unicef, el organismo de Naciones Unidas dedicado a la protección de la infancia, teme que miles de niños puedan haber muerto en los sismos. “Ya había una situación de emergencia en el noroeste de Siria. Las comunidades allí están luchando contra un brote de cólera y sufren fuertes lluvias y nevadas“, comentó James Elder, uno de los portavoces de la agencia.
Hasta el momento, el mayor número de víctimas se ha registrado en Turquía. Unicef decidió que sus primeros esfuerzos estén centrados en proveer de agua potable y servicios de saneamiento a las comunidades damnificadas en ambas naciones, con el fin de evitar enfermedades; al mismo que se busca identificar a los chicos que estén solos para reunirlos con algún familiar o brindarles protección.
FP CP
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Fuente: Perfil