Dan por perdida la cosecha de maíz de primera en el centro y norte de Santa Fe
Los cultivares de maíz de primera del centro y norte de Santa Fe fueron los más afectados por la ausencia de lluvias y no tienen “posibilidades de recuperación”, aún en caso de concretarse precipitaciones en los próximos días, indicaron voceros del sector.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indica que la secuencia de imágenes del maíz temprano “reflejó el impacto de la ausencia de precipitaciones y déficit hídrico” en la mayoría de las 86.900 hectáreas sembradas.
“Fue el cultivo que acusó el mayor impacto y un presente muy complicado, sin margen de reacción, ante un improbable pronóstico general de precipitaciones”, precisa el trabajo.
“El maíz fue el cultivo que acusó el mayor impacto y un presente muy complicado, sin margen de reacción, ante un improbable pronóstico general de precipitaciones”
En el relevamiento semanal se observó apenas un 25% de los lotes en estado bueno, un 50% regular y un 25% malo, al margen de los cultivares que ya fueron picados/embolsados, enrollados o destruidos para una futura siembra.
“Ante lo avanzado de las etapas fenológicas y con el paso de los días las expectativas de reacción del cereal se fueron desvaneciendo y los posibles rendimientos serían inferiores a los obtenidos en las últimas campañas, repercutiendo en gran medida en todos los sistemas productivos”, añade el texto.
Además, indica que “por los elevados costos para la realización del picado/embolsado y la baja calidad del material, algunos productores continuaron con la opción de la confección de rollos de las plantas enteras, que luego comercializarían con ganaderos”.
La cosecha de girasol
En cuanto a la cosecha de girasol, cereal que cubre unas 121.700 hectáreas, esta semana siguió la cosecha durante todas las jornadas, a excepción de jueves y viernes por algunas precipitaciones.
Los rendimientos promedio continuaron siendo variables y en gran parte bajos, por las características ambientales de estrés hídrico y térmico que atravesaron el ciclo.
Los rindes oscilaron entre mínimos de 4 a 8 quintales por hectárea, en tanto los mejores lotes llegaron a valores de entre 18 y 20 quintales.
“En general, el estado de la oleaginosa dependió de las precipitaciones ocurridas en cada zona y la etapa fenológica en que se encontraba cada parcela”, en tanto “los girasoles mostraron menor desarrollo en las estructuras de las plantas y en el tamaño de los capítulos, lo que afectó y afectaría directamente el componente rendimiento”.
Fuente: Télam